¿POLITICOS O CARADURAS?, COLEGIALAS
Trabajo desde varios años en una asociación que atiende a un colectivo de discapacitados. El colectivo de atención es el de personas con una enfermedad mental crónica. Hace tres días entraron en el local de la asociación a robar. Dieron al traste con un fin de semana que había sido entretenido y amigable. Nuestro local pertenece al Ilustre Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, Gran Canaria. Está situado en un edificio, el Centro de Colectivos El Zaguán. Está cedido para nuestro uso y disfrute de forma gratuita y por unos 10 años. En el Centro hay más locales cedidos a otros colectivos. También está la Unidad de atención psicosocial de enfermos de cáncer y sus familiares. Como es de su propiedad y después de realizar los trámites propios de esta situación: denuncia ante Policía Local, denuncia ante la Guardia Civil, etc. tuvimos que comunicar la incidencia al los concejales responsables del ayuntamiento con competencias, esto es Participación Ciudadana y Seguridad Ciudadana. La concejala de Participación Ciudadana está de baja maternal y, por lo visto, nadie se hace cargo de su cargo. El concejal de Seguridad Ciudadana estaba en un pleno extraordinario. El robo había ocurrido la noche del viernes. El lunes los concejales ya tenían noción de lo ocurrido. Digo noción, con conocimiento de causa. A las 12 del lunes se presenta el concejal de Seguridad Ciudadana en el local de la asociación. El hombre estaba preocupado. Preocupado porque las noticias que le habían llegado era que la unidad de atención psicosocial de enfermos de cáncer y sus familiares había sufrido un robo. ¡Preocupado porque los ficheros de la unidad de atención psicosocial de enfermos de cáncer y sus familiares habían sido robados! Cuando te roban de pronto te ves destrozado, con la dignidad rebajada a golpe de un despojo material que realmente no es para tanto, pero que te hace ver la impunidad del que quebranta el derecho a la propiedad. Si a esto le sumas que para el susodicho concejal es más preocupante que los datos de las personas que atiende la unidad de atención psicosocial de enfermos de cáncer y sus familiares son más importantes que los que nosotros atendemos, ya no te queda nada. Después de su visita me di cuenta de que para esta sociedad es una afrenta sufrir un cáncer. De que es algo que tiene que esconderse por el estigma que esa enfermedad produce. Está muy mal visto que una persona tenga un cáncer, que se someta un tratamiento de quimioterapia. Sus comentarios me dejaron claros que esos datos son los importantes. Sus palabras de ánimo y su diligencia para que los operarios del ayuntamiento se marcaran como prioritario el arreglo de la verja destrozada llenaron mi cuerpo de tranquilidad y sosiego. Una inmensa marea de gratitud me desbordó tras su visita. Gracia Luis Campos.Ante esto el desamparo y la desgana se apoderan de ti. El colectivo de personas con enfermedad mental es un colectivo denostado por esta sociedad que huye de ellos como si peste negra fuesen. Primero los recluíamos en macrocentros apartados del mundo y ahora, tras la maravillosa reforma psiquiátrica, los recluimos en sus casas. El esquizofrénico, el loco, el psicópata son términos que utilizamos habitualmente, me incluyo, como adjetivos peyorativos y siempre relacionados con algo malo, maligno, peligroso. Tradicionalmente, se ha tendido a rechazar y a marginar a los pacientes psiquiátricos porque la enfermedad les conduce, a veces, a cometer actos extravagantes e incluso violentos. Sin embargo, suelen ser más víctimas que verdugos. Las enfermedades mentales siempre han sido fuente de marginación y pobreza y, de hecho, muchos de los vagabundos que se ven en las calles sufren esta patología y no están tratados. Pero, generalmente, son seres inofensivos y solitarios. El estigma que hay con respecto a este colectivo es difícil de destruir. Ese concepto dañino de estas personas es el gran estigma de estas enfermedades, y hace que muchos pacientes y familiares las encubran por temor al rechazo y a situaciones como no conseguir un empleo o perderlo. Porque se una persona con una enfermedad mental si es una afrenta, si es algo a ocultar, si es un dato a tener guardado bajo llave y tener el inmenso cuidad de que no sean vox populi los nombres de las personas que tienen enfermedades de esta debido a la mala fama, infundada, que estas tienen.Hoy, miércoles, al llegar nos hemos encontrado con que nos han vuelto a visitar. Los daños son menores pero el sentimiento es el mismo, o peor. Todos los del ayuntamiento y fuerzas de seguridad preocupados porque pensaban que el local que habían intentado robar era la unidad de atención psicosocial de enfermos de cáncer y sus familiares. Está claro que ser enfermo de cáncer hoy en día y para esta corporación es lo que realmente importa. Son las 11.00, el concejal todavía no ha hecho acto de presencia.
Natalia Cazorla López